El divorcio es cosa de padres, no de hijos

¿Cuántas veces escuchamos la frase “no nos separamos por el bien de los niños”?

La separación, el divorcio, es algo que está a la orden del día, es muy común y forma parte de nuestra sociedad actual. Viene como consecuencia de una relación de pareja insatisfactoria y al separarnos solucionamos unos problemas, pero si no lo hacemos bien, corremos el riesgo de generar otros problemas que involucran a nuestros hij@s.

La calidad de las relaciones es el factor más importante en la salud emocional de los niños y niñas. El divorcio en sí no es traumático, lo que es traumático es lo que ocurre antes: discusiones constantes de los progenitores; faltas de respeto y de cariño (los niños ven que sus padres no se tienen aprecio, se hablan mal, discuten mucho, etc.); y después: la organización (custodia, tiempos de estar con uno o con el otro, tener que elegir); hablarles mal del otro, etc.

* La pareja MARITAL se rompe, pero las funciones PARENTALES deben permanecer: “Dejamos de ser marido y mujer, pero seguimos siendo padres”.

Tomar la decisión de separarse habiendo hijos de por medio, es un paso difícil que, en muchas ocasiones, requiere de un apoyo profesional externo para que la familia pueda afrontar la situación de la mejor manera posible, y los efectos de la separación en los hijos sean los mínimos posibles.

Para que los niños no desarrollen problemas a corto y largo plazo, lo ideal es hablar con ellos y explicarles la nueva situación “ya no vamos a vivir juntos, pero te vamos a seguir queriendo igual”, sin dar excesivos detalles “tu padre se va porque ahora tiene otra novia”.

Existen 3 reglas fundamentales a cumplir en estos casos:

1) Los que se divorcian son los padres

Es una decisión de adultos y, por tanto, serán ellos quienes deberán organizar las relaciones familiares siempre priorizando el interés de los hij@s.

2) Nunca descalificar al otro progenitor delante de los hijos/as

Los niños no pueden tener otro padre u otra madre, y para su desarrollo es fundamental que la imagen que tienen de las 2 personas más importantes en sus vidas, sea lo más positiva posible.

3) Los hermanos tienen derecho a vivir y crecer juntos

Por lo que, los progenitores harán lo posible para facilitar que los hermanos convivan en la misma casa.

 

Por último, existen una serie de factores que facilitan la adaptación psicológica de los hijos ante la separación:

– Lo que más ayuda a los niños a adaptarse a la nueva situación es la ausencia de conflictos entre los progenitores, o en caso de que existan, que no sean visibles.

– Mantener una imagen limpia del ex cónyuge, transmitiendo siempre mensajes positivos del otro y favoreciendo actitudes de respeto.

Facilitar la comunicación y la relación continuada con ambos progenitores.

Permitir que los niños disfruten con el otro y que puedan contárnoslo, así como favorecer el contacto con la familia extensa (abuelos, primos, etc.).

– En la medida de lo posible, mantener las actividades de los hijos como antes (continuar en el mismo colegio, mismas extraescolares, amigos, etc.).

Evitar actuar de forma diferente con los hijos. En ocasiones podemos sentirnos culpables por la situación que están viviendo nuestros hijos “por nuestra culpa” y les permitimos conductas o hechos que de otra forma no permitiríamos.

 

¿Tienes dudas sobre cómo comunicar y explicar la separación a tus hijos?

 

BIBLIOGRAFÍA

Godoy, C.; Fernández, E. (2005). El niño ante el divorcio. Ediciones Piramide.

Leroy, S.; Lucas, P. (2003). El divorcio explicado a nuestros hijos. El Aleph Editores.

Beyer, R.; Winchester, K. (2003). Cómo explicar el divorcio a los niños: un manual para adultos. Ediciones Oniro.

Laucirica, N.; Villar, G.; Abal, M. Guía para padres y madres en situación de separación y/o divorcio. Cómo actuar con los hijos e hijas. Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Servicio de Infancia y Familia, Departamento de Intervención Social.

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